lunes, 15 de agosto de 2011

Un poema óptico





Revisé los estantes, tomé entre mis manos un libro de André Kertész, pero cayó al piso uno de László Moholy-Nagy. Justo el que yo buscaba.














Entré al museo. Como siempre observé, y me encontré con esta composición.








Estaba sentado en el subte justo frente a mí. Muy pronto desvió la mirada, pero mucho tiempo después supe que también le gustaba Oskar Fischinger.