lunes, 25 de mayo de 2009

Venteros de labios quebrados

(Viernes, 22 de mayo, un paseo por la Quebrada)


Entonces el día se aquietó para dejar un recuerdo: Después de haber recorrido muchos kilómetros por rutas argentinas en la altura –a veces rectas, otras serpenteantes, siempre entre colores- hubo un momento en que el sol bajó; y prescindiendo de la intensidad roja que muestra en el horizonte plano, solo con un suave anaranjado quebrado, fue apagando nuestros rostros y el brillo de los álamos. No quedó otra que sentarnos sobre las piedras junto al río, olvidar por un rato la Salta y la Norte, mirar en silencio y guardar.




jueves, 21 de mayo de 2009

Unos días en La Linda II

Extraño, muy extraño, pero al momento de ser encontrados a 6000 metros de altura después de 500 años de su "sacrificio", los Niños del Llullaillaco conservaban todos sus órganos menos el spleen.

lunes, 18 de mayo de 2009

Unos días en La Linda

Dormir es distraerse del mundo

Llegar en dos horas a Salta es casi como un cuento de Dick, o un corto surrealista. El ángulo visual de una noche sin dormir y la abertura de 10 x 20, contaron montañas y quebradas quebradas por mares de algodón (me arriesgo a señalar eso como nubes, solo por fotos vistas con anterioridad, alguna vez en un libro).
Salir del aeropuerto para pasear por una fotografía retocada. Un B/N plomizo con flores silvestres amarillas, pintadas con óleo, nada de acuarelas.
Nuestro valeroso emprendimiento por alcanzar el colectivo, para alcanzar el hotel, fue raudamente desestimado por Mario, un conductor de remis que ofreció llevarnos por $5 cada uno.
La ciudad lucía fría pero pronto pude reconocer puertas, ventanas, calles y la plaza.
Ahora al mediodía, luego de un corto descanso: hace sol -como le gusta a Prima Laura- y se puede estar de manga corta.
Acá, en la plaza, sentada en este banco verde, veo avispas, palomas, perros placeros, gente tomando fotos, otros bancos verdes, una glorieta, acacias, palmeras, sauces, magnolias, palos borrachos, pinos y otros de esos que no sé nombrar. También hay naranjos. Ninguna vereda con naranjos se agota.
La Catedral ha perdido su encanto, los tiempos se marcan con tonos, una irremediable mezcla de sonidos de aeropuerto y de celular.
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Los domingos por la mañana, temprano, el valle esta nublado, creo en que los días cumplen un patrón regular y en un par de horas será diferente, con luz y calor.
La plaza no es como ayer, solo tiene restos de una noche, los materiales ya fueron barridos. Hay gente despertando y lavándose en un bebedero, otros que van a misa, dos policías y un vendedor de churros. Los perros aún duermen pero no aquí.

domingo, 10 de mayo de 2009

La necesidad del arte (II)


trina para ti
Cargado originalmente

por cabeza de arbol

Por las mañanas, ya la he visto en otras oportunidades, una tacuarita (Troglodytes aedon*), que es de las aves más hermosas que encontramos en la ciudad, se da un paseo por mi otoñado balcón.

Enfado tal el que me cacé al encontrar la palabra "insignificante" en su descripción, es tan pequeña y perfecta que yo no puedo dejar de admirarla.


*Ratonera: ave pequeña y de aspecto insignificante, habita el sector sudamericano en su totalidad. Su habita de preferencia es en la zona de arbustos y matorrales. Su nombre de ratonera proviene de lo movediza y pequeña que es su largo pico se halla adaptado a su dieta insectívora.

sábado, 9 de mayo de 2009

La necesidad del arte

Gracias muchas a la guitarra y el intérprete que ayer por la tarde hermosearon la espera del subte en la estación 9 de Julio. La música le ganó al chirrido de los rieles, el barullo de la gente y la publicidad de Mama Luchetti*; fuimos muchos los cautivos, que en armonía a tu alrededor, dudamos en subir al primer tren que llegó demorado al andén.


*La de la licuadora está muy bien.