sábado, 11 de abril de 2009

Isla Martín García

Hay un lugar cercano a esta ciudad y rodeado de agua, donde una vez hubo un tiempo, pero ya no. Un disimulado exclave donde el artículo definido, generalmente en singular, es usado con gran frecuencia: la escuela está a una cuadra de la panadería, que está al lado de la capilla, que esta frente a la cárcel, que esta sobre la calle principal donde pasa el tractor, que llega hasta el puerto donde arriba la embarcación, que trae y lleva, ahora sí diversifiquemos un poco, a varias personas seis días a la semana.



Un lugar de casas con amplias galerías que sueñan con niños andando en triciclos, esos de ruedas delanteras grandes y cuadros de hierro pintados de color rojo, azul o negro. Niñas vestidas de puntilloso y límpido sábado, que la soga o el elástico pronto se encargan de ensuciar. Tardes de largas cebadas de mate y siestas al amparo del sol.



Es tan extraño, que las malezas que crecen en el césped son las flores silvestres más adorables, como si la flora quisiera auto-indemnizarse por la presencia de tantas plantas estranguladoras. Pero me atrevo a pensar que estas flores que colorean todos los fragmentos de verde accesible, no son más que un placebo para distraer a los escasos habitantes y ocultar el poder que este reino tiene sobre la isla. En silencio, de todo se apodera: de la cantera que supo ser fuente de los adoquines que se están llevando de la ciudad; de las casas más alejadas que ya perdieron su turno para soñar; de máquinas y baterías, aquí la apropiación está compartida con telas de arañas; de senderos.



El día en la isla sucede hasta el atardecer, cuando el entero se convierte en una gran silueta estática que solo permite el movimiento de los murciélagos, quienes dañinamente, afilan sus radares contra uno. La luz artificial perdura hasta lograr el sosiego de los habitantes, que siempre se alcanza a la misma hora y los sábados se retrasa un poco más, luego las estrellas y la luna clarean, mientras el resto de las criaturas y el río rompen el silencio, que sabemos desde hace tiempo, no existe.




En algún momento dado y sin muchas explicaciones ni torbellinos, contradiciendo la extraña sensación a la que se llegó al conciliar
el sueño, el día vuelve a comenzar.










13 comentarios:

andal13 dijo...

¡Tuviste la suerte de conocer Martín García! Yo la tengo en el debe, tras haber intentado ir en febrero, en un viaje frustradísimo.
Pero ya que estás en el barco, no te pierdas Carmelo, que es una joyita!

Lindísima crónica... y la Zenith se lució también (yo guardo muy gratos recuerdos de mi vieja Zenith...)

Anónimo dijo...

Qué hermoso CR!! Gracias por compartírnoslo!
cata

Anónimo dijo...

jaja!! durante un rato largo no pude identificar la foto que cierra el texto..como en uno de esos juegos de ilusión óptica se me presentaba lo coloreado de abajo como redondeado..me parecían unas botelllas o mosaicos extraños contra un fondo negro...
cata

wallychoo dijo...

Que lindo, viajamos con vos, se siente asi, como lo relatas.

ASyBss

Anónimo dijo...

tendrias que escribir para una de esas revistas de turismo. QUe te paguen por viajar y vos escribis y sacas fotos. Seria barbaro porque encima sos bastante gasolera...excepto cuando viajas conmigo que te hago gastar fortunas en conitos de McDonalds a medio derretir. Que risa, Dios mio. Ahora me acuerdo y no se por que nos reimos TANTO.
EN fin, hermosa la cronica. Garcias (!)
besos

Unknown dijo...

Andal 13: Voy a ir a Carmelo muy pronto, ya te contaré. Ojalá puedas conocer la Isla, seguro disfrutaré mucho de ese relato.

Cata: Muchas gracias! Siempre prefiero compartir lindas sensaciones, que tristezas. Había muchas opciones para escribir y salió esto. Me quedaron algunas cosas por contar, como que los celulares dejan de funcionar, y no solo eso, se enloquecen y cambian la fecha y la hora. Que el rato que estuvimos cerca del rio, tan solo escuchando ese sonido y el de algunas chicharras fue maravilloso. Que me daban ganas de quedarme un día más para seguir disfrutando del silencio.

También esta el tema de la empresa que va hasta allá que es casi como la dueña del lugar, o al menos todo pasa por sus manos, que es lamentable el estado del museo y de otros lugares que bien podrían tener más cuidado y atención y cosas así.

Wallyz: un placer el haberte llevado de viaje.
(¿Qué pasó con tu blog???????)

Euge: Por favor me acuerdo de todo y empiezo a reir. La cara del vendedor que le daba vergüenza darme el helado de lo asqueroso que estaba, de mi cara al recibir el helado y querer asesinar al vendedor, de nosotras riéndonos sin poder parar, pero no me puedo acordar donde fue.
Ahora que vuelvo a ser pobre no le hago asco a ningún tipo de ingreso.
Hoy estuve un largo rato a la tarde haciendo problemas de buffer =P y avancé muy poco.

Anónimo dijo...

es que vos contas las cosas de una manera que te hacen sentir que estas ahi...o sera que te imaginamos contandolo en persona. No se.

En la plaza de Toledo fue que nos comimos al menos 5 al hilo y lo del helado a medio derretir fue en Madrid.
Besos y abrazos de toooodoos colores.
PS: que hace la gente que vive en la isla? de que viven?

wallychoo dijo...

http://tecitocachamai.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Cecy, te diste cuenta cual es la cancion que canta Max sentado en la alfombra? (Le estare haciendo un danio mental de temprano?).
Suerte en tu largo miercoles.
Te quiere
e

Anónimo dijo...

Por la forma que cierra los ojitos para cantar y la carita de compenetración que pone: SI! Pero está bien! (yo no me dí, que canción es?)
cata

Unknown dijo...

La gente vive de la gente que visita la isla (la panadería, la hostería, el albergue, el encargado del aeropuerto, el almacén)
Después hay empleados estatales: los maestros, enfermeros (no hay médico), los gendarmes, otros deben trabajar fuera de la isla. No sé mucho más.

Bien Wallyz cambio el link en cuanto pueda.

La canción es Filmstar de Suede... pobre santo, ¿en el colegio no lo miran raro?

Pez dijo...

Hola! me encantó tu descripción de la isla. yo tuve el placer (o no) de ir dos veces, y cada vez estuve 3 dias allá. Es un lugar de cuento, existen tantas cosas locas y bizarras que no se pueden creer. Probasté el pan dulce que hacen ahi? es excelente!

Unknown dijo...

Yo creo que voy a volver, por más pequeño que sea, es un lugar impredecible.
Probé el pan dulce y es muy bueno.
Gracias por pasar.