domingo, 21 de septiembre de 2008

Un nuevo edificio

Dada mi costumbre de meterme donde no me corresponde, o donde se supone no me corresponde (vaya a saber quien supone las cosas, o quien yo creo que las supone), el viernes por la tarde conocí, apenitas, un nuevo edificio de la ciudad.

Coordenadas espaciales: Ayacucho y Córdoba, justo frente al gran palacio de las aguas. Coordenadas temporales actuales: Instituto de Enseñanza Superior N° 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo”, en algún tiempo pasado: Caja nacional de jubilaciones y pensiones.

Gracias a Gonzalo y Bruno, quienes tuvieron la idea de presentar la materia que dictamos en la UNQ, una de ellas, es que terminé participando de las jornadas: “No hicimos nada: leímos y escribimos”, Cuartas (va con letra, no con números romanos) Jornadas sobre Didáctica de la Literatura, con la ponencia (se dice ponencia no exposición oral. Sí, nos la pasamos haciendo chistes de adolescentes con el término y sus interpretaciones): “Taller de trabajo intelectual: un cruce entre los discursos de la ciencia, la literatura y los medios de comunicación social”.

Gracias a Andrei Tarkovski, su película Stalker y el indispensable capítulo “El arte como ansia de lo ideal" de su aún no comprado “Esculpir en el tiempo”, pude escribir alguito para el trabajo. Eso fue lo único que hice, porque el viernes al llegar al colegio y ser invitada por mis compañeros a leer delante del público, en su mayoría profesoras de literatura, me negué. Mi cara de susto, solo decía que acababa de ver al conde Orlock. Ellos creían que era un chiste, y que finalmente tomaría las riendas, Gonzalo tuvo que aceptar que de verdad soy muy tímida. Ambos se encargaron de la lectura.
El ritual finalizó pronto y ahí desfilamos, mezclados entre un trabajo sobre “Crónicas urbanas” de estudiantes secundarios y universitarios; y una simpática narradora que nos presentó un tucán de la India, hipnotizador y fanático de las milanesas.

El edificio es el que tiene andamios en la vereda desde hace mucho tiempo, esta bastante olvidado, demasiado. No puedo hacer una descripción porque apenas visité un aula del primer piso, pero puedo asegurar, por lo poco que observé, que con una buena reparación lucirá mucho más contento.
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Cambiando el ángulo de la información, ¿puedo ir hasta el MALBA y presentar la tarjeta de la univerisdad, identificarme como estudiante como lo hago siempre, pero justo el día del estudiante? ¿Qué tiene mayor probabilidad de ocurrir: que me la rechacen dudando de mi calidad de estudiante, o me manden a festejar a los bosques de Palermo? Mmmmm

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dudarían...pero si te reís de la palabra ponencia..tu estudiantez está asegurada.. ;))))
cata

Unknown dijo...

¡Ja! Hay cosas de las que nunca nos alejaremos.
Ayer le dije al becario que iba a pasar de la tarjeta de estudiante al carnet de jubilada.

Anónimo dijo...

mira esto es buenisimo

http://www.phdcomics.com/comics/archive.php?comicid=189

besos
e

Unknown dijo...

Sí, me habían pasado ese link cada vez que entro ahí me pierdo un buen rato.