martes, 15 de julio de 2008

A contracorriente, el problema va a ser la vuelta.

No provocan la misma sensación, ni generan las mismas muecas dos chingolitos robando al pasto, que dos gorriones. Además, son más bellos.

Nos mudan y el nuevo box no tiene ventana al exterior, ni luz natural, un descuido de la universidad vidriada.


-¿Cómo se hace la mudanza?, pregunto una.
-Cada uno junta sus cosas y las deposita en el nuevo lugar, dije.
-Yo creo que va a ser como cuando se ocupaban las tierras, dijo otro,
uno traza su territorio y dice esto es mío.
-Procuraré estar el día de la mudanza
, agregué.

Me echaron, muy amablemente, de la biblioteca, es que se unieron al asueto. Mi cara de déjenme un poquito más no los ablandó. Justo hoy que estaban todos y ordenados los libros; todos menos el Ar 861-ort, que el catálogo anuncia un Ortiz, Juan L. “Obras Completas”, y los estantes denuncian un librito de poemas de una tal Ortega. Sospecho que una mano rara hizo tal enroque, me tuve que ir corriendo y no pude reclamar. Ya es la tercera vez que lo busco, siempre llego con la ilusión de que lo voy a encontrar.

Me aburrí de lo que estaba haciendo, ¿se nota?

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