viernes, 1 de febrero de 2008

Instantáneas de verano

Un poco porque estoy de vaga en casa y otro porque las dos entradas que en verdad quiero escribir, aún no salen, aquí van unas instantáneas de mis días de vacaciones en la ciudad, tal como había hecho al final del invierno. De compras con cr, es que es raro que ande de compras.

El martes emprendí una caminata a once en busca de telas y demás objetos. De camino hice una escala en una librería, a la que suelo entrar por entrar, que esta sobre Pueyrredón entre Viamonte y Tucumán. Es un local mínimo, repleto de libros variados y bastante viejos: nunca en muy buenas condiciones. También tienen revistas, afiches y algún que otro objeto antiguo. Reina, en ese lugar, un estricto desorden. Imagino que lo libros pasan todas las noches ebrios envueltos en grandes orgías, y por la mañana, al oír la persiana sin tiempo para encontrar su ubicación, quedan donde están o caen en algún estante al azar. Así encontré entre los libros de historia uno de cuentos de Saki, el vendedor le puso precio según su antojo. Lo mejor de la estancia por ese lugar fue escuchar a este sujeto decir a alguien por celular:
“Sí, al final cumplieron su promesa, ya van a traer las 125 (o 165) figuritas de Banfield”
Pensé en Duhalde (perdón por traer este apellido a sus memorias) como un gran fanático comprando figuritas. Increíble.

Siguiendo por Pueyrredón, entre Tucumán y Lavalle, mi vista giró hacia una óptica de medio pelo que mostraba en su escaparate unos anteojos de sol atractivos y demodés, a un más atractivo $40. Entré sin muchas esperanzas, pero encontré entre la oferta unos anteojos cuadrados de tamaño suficiente para cubrir mis ojos y mis cejas pero no el resto de la cara, milagrosamente ajustaron a la perfección detrás de mis orejas y mi nariz los sostuvo. La rareza de estas gafas es que el frente es de un tono marrón y los vidrios también, algo que no me terminaba de convencer, en el momento. ¡Es que veía todo anaranjado a través de ellos!. Los anteojos son BB
, creí que el óptico me estaba mintiendo, pero efectivamente la marca está ahí y no parece una simple pintada. Sé que un abismo me separa de la diva, y ni pienso hacerme ecologista para acortar tal distancia, pero ahí voy por la calle luciendo los anteojos y viendo todo color sol. De verás, no importa si esta nublado, siempre se ve como si estuviera soleado, y la verdad, hasta ahora no me ha molestado, aunque es bastante extraño. Veremos cuanto me duran, de existir el trabajo de perder anteojos de sol y estar bien pago, yo estaría viviendo en una casa más grande.

Una vez en Lavalle, doblé a la izquierda y me perdí entre las telas. El rubro textil me puede. Es un placer, seguro heredado de mi madre, ese de mirar, tocar y comprar telas. Muchas veces compro porque me gusta alguna, sin que tenga un fin prefijado. Luego se acumulan recortes de telas que cada tanto recupero, hasta que finalmente se convierten en alguna prenda. Es un sueño que me suelten en un gran galpón lleno de rollos de géneros de distintos colores, estampados y texturas. Que pueda tener acceso a todos, desenrollarlos, soltar las telas y hacerlas volar por el aire. Pasar la mano sobre ellas, acercarlas a la piel y comprobar su textura, si pican o dan calor. Evaluar su caída envolviéndome en ellas, mezclar los colores, arrugarlas y soltarlas. Compré una tela medio tornasolada, azul opaco de un lado, marrón rasado del otro. Objetivo: la funda de un sillón, aunque no esta muy claro aún.

Caminé hasta Junin, creo, y regresé por Corrientes. Me compré en una casa de chicos una remera de rayitas multicolores con ribetes en azul, que estaba en un cajón de restos a $5.

Ayer estuvo mi mamá y fui con ella para comprar seriamente y con un fin.
Hice más cosas como ordenar papeles para hacer lugar en mi casa pequeña, fui al médico y ya me mandó a otros y al kinesiólo una vez más. Miré películas en casa y fui a una de Fassbinder "Dioses de la peste" a La Lugones. Para seguir con la costumbre la cinta se cortó en un par de oportunidades. Pienso volver, luego comentaremos de este alemán.

Escuchando Sandie Shaw, les dejo una canción: Lemon Tree.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final te lo llevaste a Saki a tu hogar??? Si es así, yo quiero! Te lo troco por 1 Mishima adeudado...

Unknown dijo...

Ah bello Tintin, cuanto me acordé de vos cuando la cinta de la película se chamuscó, me faltabas al lado!
El librito esta en mi hogar, vos no lo tenías? Es re-trucho tiene el dibujo Le chat Noir en la tapa, creí verlo en tus manos, pero hablamos de él por Bolaños, no?

Por favor andá con tu marido a ver todas las de Fassbinder, la de hoy fue MARAVILLOSA! Avisen si van que nos vemos.
besos

hojascautivas dijo...

A mi también me pueden de sobre manera las telas. Pero bueno, es sólo un hobby, porque si no me hubiera decidido definitivamente a ser diseñadora.

Saludos y buen viernes!