sábado, 1 de abril de 2006

La siesta de los sábados

Descubrí que el madrugar los sábados no es tan desagradable, desde que despierto un 20 % de mis neuronas se entretienen en pensar la hermosa y justificada siesta que me espera por la tarde. En cuanto al 80 % restante van despertando de a poco con un máximo de actividad entre las 10 y 12 hs, eso no significa que todas se activan, creo yo, que hay un 10% que nunca despierta. No se preocupen los alumnos estan peor.
Hoy la siesta se demoró un poco porque me entretuve con un Antoine Doinel ya visto, pero que nunca aburre repetir.
Ahora sí a dormir la siesta prometida que hoy hay Leo-Fest en el N/D Ateneo. Ufa me parece que ya me desvelé.

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