De paseo

El sábado a la tarde, después de muchos sin hacer nada, me fui de paseo por ahí. La suma de tres factores promovió mi movimiento: estaba nublado, daban en el cine Tita Merello por $3 “La mala educación” (una peli que aún no había visto), y a partir de mañana estaré unos días sin poder ejecutar la acción de caminar. Como de costumbre el cine estaba lleno de personajes, una señora le contaba a un matrimonio sentado a su lado, una película que ella ya había visto, tres jubilados llegaron 15 min de empezada la peli y entraron hablando y tratando de embocarle a un asiento como si estuvieran en la cola del banco. La peli esta bien nada más, pero hasta derrame una lágrima.
De ahí me dirigí por la desolada Corrientes en dirección al Teatro San Martín para observar una exposición de fotografías del siglo XIX. Cuando cruzaba la 9 de julio descubrí que el edificio que se encuentra al lado del Hotel Presidente, uno de esos con enormes publicidades en lo alto (ahora una de Ford con unos edificios muy futuristas), tiene en su azotea una casa. Sí, un chalet de construcción similar a esas casas de la Mar del Plata de antaño. Nada, me llamó la atención no haberla visto nunca antes. En la fotogalería del teatro, que estaba aún más desolado que la calle, me encontré con los retratos que ya suman 145 años, había un par de copias nuevas pero las demás eran de 1860 a 1900. Uno debe agradecer haber nacido en esta época, no saben lo que eran los pobres niños disfrazados ridiculamente posando (quietecitos unos cuantos minutos) para la foto, que enorgullecería a sus padres y haría estallar en carcajadas a sus tataranietos. Uno también se salvó, de haber vivído en esa época, de ser fotografiado junto a un muertito sosteniéndolo en brazos o simplemente parado a su lado. Después de que el cuidador de la sala me ofreciera un folleto de la muestra, supongo por ser la única espectadora y por estar el señor muy aburrido, me retiré para regresar a mi hogar.
Por la noche fuimos con Cata al Village recoleta (disculpen el lugar pero vamos a ese cine porque pagamos la entrada a mitad de precio con la tarjeta del BancoRio y porque las salas están buenas). Vimos “Un Santa no tan Santo” (Bad Santa) y nos reímos muchísimo, el que estaba al lado de Eri se desmayaba de la risa. No tuvieron los mismos sentimientos dos señoras arregladas de mediana edad, que al finalizar la película salían diciendo: “me resulto muy ASQUEROSO”. La pelí deberían pasarla obligatoriamente en la cátedra “Insultos varios V”, pero no solo se construye de insultos y guarradas ver a un PapaNoel borracho pegarle hasta destrozar un reno de juguete delante de todos los niños, es una escena agradable. Regresamos antes de que nos agarré la tormenta, en casa intenté sacar fotos a los relámpagos pero ya se que fue inútil, estoy juntando un rollo de disparos de prueba y error (inútiles digamos) que cuando lo lleve a revelar y lo vea me voy a deprimirrrrrrrrrr.